Huermur solicitó en junio de 2022 al Estado que investigara la propiedad de la antigua Ermita del Salitre o Capilla del Vía Crucis de Murcia para que fuese recuperada y puesta en manos de la administración pública. Ahora se ha publicado en el BOE la resolución del ministerio de Hacienda por la que acuerda, tras las diligencias previas realizadas, iniciar el procedimiento de investigación.
La entidad conservacionista espera que este expediente llegue a buen puerto y que finalmente la ermita pase a manos de la administración pública para que sea recuperada y puesta en valor, al ser un bien protegido por sus valores culturales. Huermur ha anunciado que seguirá con detalle la tramitación del procedimiento para que se desarrolle sin dilaciones ni obstáculos.
La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) celebra que el ministerio de Hacienda haya acordado tras la solicitud de Huermur iniciar el procedimiento de investigación sobre el inmueble conocido como Ermita del Salitre o Capilla del Vía Crucis de Murcia. Ahora, tras las diligencias previas llevadas a cabo, se ha considerado que es de interés para el Estado ejercer la acción investigadora sobre el citado inmueble del siglo XVIII.
El pasado verano y tras ver que ninguna administración parecía decidida a poner remedio al mal estado de esta singular ermita barroca, Huermur se dirigió por escrito al ministerio de Hacienda para instar el inicio de los trámites previstos en la Ley 33/2003 del Patrimonio de las Administraciones Públicas dirigidos a conseguir la efectiva incorporación del citado inmueble al patrimonio de la Administración General del Estado. Tras la solicitud se abrió el correspondiente expediente y diligencias previas.
Dicha petición se realizó tras conocer la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia que determinaba que el propietario sería el ministerio de Defensa. En la misma resolución judicial se indicaba que «el Ayuntamiento, los ulteriores compradores de la parcela segregada y la Iglesia Católica han negado la titularidad y además han acreditado la ausencia de actos dominicales ni posesorios».
En este sentido, la entidad conservacionista espera así que la administración pública se haga con la efectiva propiedad de este bien y mantenga en las debidas condiciones la singular capilla del siglo XVIII, que está protegida y catalogada por sus notables valores culturales, pero que actualmente se está cayendo prácticamente a pedazos.
Así se ha pronunciado además el presidente de Huermur, Sergio Pacheco, señalando que: «Esta singular capilla del siglo XVIII, de la que no quedan ejemplos en la ciudad, acumula una gran cantidad de denuncias por su mal estado de conservación, estando incluida en la Lista Roja del patrimonio español en peligro desde el año 2021 a solicitud de Huermur».
Un bien con mucha historia.
Se trata, señalan desde Huermur, de una capilla datada en el siglo XVIII y ligada a la cercana Real Fábrica de Salitre de Murcia, antiguo complejo industrial creado en 1654 por real orden de Felipe IV para proporcionar materia prima para la fabricación de pólvora. Tras una fuerte inundación, que arrastró todo el salitre y asoló la fábrica, esta fue trasladada a las nuevas instalaciones en Javalí Viejo. No obstante, se conservaron las viviendas de los militares que la dirigían, sus jardines y dicha capilla, la denominada «Capilla del Salitre», a la que acudían a oír misa los trabajadores de la fábrica y sus familias.
La capilla está situada a pocos metros de la iglesia mudéjar de Santiago y formaba parte de las catorce estaciones del Vía Crucis, el cual fue establecido en 1598 por los monjes franciscanos descalzos del Convento de Santiago, y comenzaba en la Iglesia de San Miguel y terminaba en la del Calvario, situada en la Puerta de Castilla. Actualmente, es la última y única edificación en pie de estas catorce estaciones.
Este inmueble presenta un delicado estilo rococó con adornos en las ventanas, una enorme cruz en la fachada y un altar en el intercolumnio greco-romano, además de un Ecce Homo y una Dolorosa, así como interesantes pinturas de Muñoz Barberán.
Consta de tres partes diferenciadas: la portada, donde se enmarca la cruz latina rematada por un frontón triangular; una pequeña nave cubierta a dos aguas; y el ábside, de planta hexagonal, más alto que la nave, en donde se abren seis vanos decorados. La nave y el ábside se cubren con tela vidriada de color verde.